El Renacer del Ave Fénix: Una Historia de Reinventarse Profesionalmente

A veces, la vida nos coloca en situaciones donde un gran sueño se derrumba, pero es justo en esas cenizas donde encontramos la fuerza para renacer. Y no ha sido una vez; han sido varias a lo largo de una buena vida. No me quejo de nada, todo lo contrario: el de arriba escribe con renglones torcidos, sin embargo, siempre acierta.

Mi historia reciente ha sido la de un proyecto de una década —un campo de golf que iba a ser un faro de comunidad y comunicación— que acabó convirtiéndose en el comienzo de una nueva etapa profesional, radicalmente distinta.

Tras años de esfuerzo, construyendo y creando desde una idea, el sueño se hizo realidad tangible. Sin embargo, llegó un golpe inesperado. Una serie de despropósitos hizo que todo se viniera abajo. Pero, como el ave fénix, de esas cenizas surgió una nueva oportunidad.

La verdadera resiliencia se mostró cuando, en medio de la adversidad, decidimos, mi mujer y yo, reinventarnos. Convertí así mi experiencia y pasión en una nueva carrera: la formación. Certifiqué mis conocimientos y experiencia con diplomas y títulos, y comencé a enseñar ciberseguridad, liderazgo, habilidades digitales, soft skills, professional skills y mucho más. De repente, aquello que parecía el final se convirtió en un emocionante nuevo comienzo.

Hoy disfruto plenamente de esta faceta. Pura serotonina. Los alumnos valoran cada clase, cada curso, y yo encuentro una satisfacción enorme en compartir lo que sé. La semana pasada me llegó una valoración anónima:

“No se puede hacer mejor.”

Esta historia no solo habla de caídas, sino de levantarse con más fuerza. No se trata de evitar el fracaso, sino de saber que siempre podemos volver a empezar con lo aprendido, con más sabiduría y con la determinación de seguir adelante.

Así que, a quienes estén pasando por momentos difíciles, les digo: no teman reinventarse. Cada final es el inicio de algo nuevo. Recuerdo que hace años, tras una caída también brutal y devastadora, un buen tipo —con el que hace tiempo no tengo contacto— me llamó el ave fénix, porque siempre renacía con más fuerza y con la valentía suficiente para intentarlo de nuevo. Él y mi padre, con algo que me dijo unos meses antes de morir —“Mariano, tú puedes con todo”—, siempre están presentes en mis malos momentos.

Si yo puedo, usted también. Recuérdelo: cuando se toca fondo, solo hay un camino, volver a ascender, reinventarse y volver a empezar.

— Mariano Puerta – Formador Certificado y ave fénix